domingo, 9 de septiembre de 2012

¡Ilusos con ilusión!


Les hago llegar este artículo que llegó justo en el momento adecuado para poder entender el motivo por el cual no se pueden concretar grandes ilusiones  debido a comportamientos ilusos...
 ”Se puede perder con buenos jugadores, pero no se puede ganar con malos”, dice el conocido refrán. ¿Cómo es posible que haya organizaciones que pretenden lograr grandes resultados si son dirigidas o integradas por personas que hacen lo incorrecto? 
Competencia interna: 
Mientras haya quienes confundan trabajar junto a otros, con hacerlo contra los otros, los delirios de poder prevalecerán sobre los propósitos superiores. Las agendas individuales que afectan el trabajo de colegas, impedirán al equipo llegar a buen puerto, pues en el forcejeo se pierde el rumbo. Incompetencia individual: Según John Maxwell, una persona incorrecta en el puesto incorrecto causa regresiones, una incorrecta en el puesto correcto conlleva frustración y una correcta en el puesto incorrecto provoca confusión. Desdichadamente, hay quienes no asumen su rol específico y, como si eso fuera poco, complican que los demás lo hagan en el propio. ¿Le suena familiar?
Rumbo de perdigón:
 Brincar sin saltar, hacer sin avanzar y decidir sin dirección, son formas de malgastar la energía con contradicciones, errores e improvisaciones. Hay personas que se esmeran en ser activos pero no perciben que lo hacen sin orientación clara. Rumbo sin ambición: La complacencia de quienes dirigen contamina la atmósfera con conformismo; a lo mejor ellos ya tienen lo que desean individualmente, pero la organización aun no llega a lo que necesita y tanto el estancamiento como el girar en círculos anulan la ilusión de todos.
Juego sucio: 
El deporte más popular no es el fútbol, sino el boicotear o “serruchar el piso”  a los exitosos. La envidia y el temor a que la mediocridad propia sea evidenciada por el rendimiento de otros, estimulan conductas destructivas. Cuidarse de los “compañeros” se vuelve más relevante que lograr las metas. Juego anárquico: Derechos desiguales y privilegios especiales pese a igualdad en responsabilidades y desempeño, ¿cómo ser productivos en un entorno ambiguo respecto a quién decide qué para beneficio de quién?
Conversación entre falsos sordos: 
Las cosas se dicen como son pero nadie escucha, todos señalan dónde está la falla aunque quien debe resolver se absuelve de actuar. Poco a poco ya no se conversa de la ilusión que se tenía, sino de la desilusión colectiva. Hermetismo: “¡Aquí pensar es peligroso y expresarse es un suicidio!” Discrepar con el jefe es arriesgar el puesto, por eso callar es la norma y mantener un bajo perfil es el pasaporte para transitar por la organización sin ser víctima ni protagonista en riesgo.
Si en su equipo o empresa se presentan algunas de estas ocho disfunciones, es prudente advertir que, en ese rumbo, solo se llega al territorio de los ilusos por tener una ilusión, porque ésta jamás se convertirá en una realidad.
Germán Retana – Incae Bussiness School

Simplificando las cosas





Simple
¿Por qué tantas personas inteligentes trabajan tan duro, viven tan rápido... y se sienten extrañamente ambivalentes acerca de su éxito?El problema no es que las personas excesivamente ocupadas y estresadas no quieran deshacer sus compromisos, sino que les falta coraje a sus convicciones... o simplemente necesitan de algunas técnicas para comenzar.
¿Por qué toleramos tantas prioridades alteradas? Porque vivimos tan ocupados nuestras vidas, que es imposible imaginar algo diferente. Sin embargo, las cosas pueden cambiar. Una manera de tener una "mejor vida" es simplificar la que ya tenemos. La simplicidad le ofrece principios y técnicas para hacer de su vida algo menos complicado y más gratificante, tanto en el trabajo como en su casa. ¿Es esto tan complicado?
1. TiempoSimplificar su vida significa en realidad ganar control sobre ella. O sea, crear más tiempo -en el trabajo y en casa- para hacer las cosas que usted quiere. Las estadísticas nos muestran que las personas sienten cada vez menos que gastan su tiempo en cosas que disfrutan. Y es aún peor: la mayoría lo gasta en cosas que preferiría no hacer! ¡Este es el desequilibrio! ¿De qué sirve esforzarse en alcanzar una "vida", si usted no tiene el tiempo ni la energía para disfrutarla?

He aquí el problema: Toma tiempo hacerse tiempo. Todos sentimos que no podemos reducir nuestras actividades en nada. Mientras nuestro trabajo sea "tan vital" para nosotros, no podremos mirar nuestras propias vidas: un matrimonio que no funciona, una carrera que no satisface, niños con los que no nos conectamos, amistades que perdemos... Nada es más peligroso que "tener poco tiempo".


Así que el primer paso, para simplificar su vida, es hacer una pequeña inversión de tiempo. Libere una hora por día, durante 30 días, para reflexionar sobre estas simples preguntas: ¿Qué es lo que más complica mi vida? ¿Estoy trabajando demasiado? ¿Estoy trabajando en algo que no me gusta? ¿Mis niños están agotando toda mi energía?


No es tan poco realista como parece: durante un mes, abandone su trabajo más temprano. Si no puede hacerlo, gane tiempo en casa: durante un mes no lea el periódico o deje de mirar la televisión. Libere 60 minutos por día durante 30 días, hágase las preguntas correctas y usted se asombrará del descubrimiento.


2. Menos es másEste es un principio tan obvio, que cuesta reconocerlo. A todos nos pasa. Por ejemplo, si tenemos que reducir el desorden en nuestra vida y comenzamos por simplificar las obligaciones de la casa, nuestra primera reacción es conseguir más ayuda. Así, contratamos a alguien para la limpieza, un jardinero para las plantas, una veterinaria para que se ocupe de nuestro perro... y todavía seguimos sin resolver quién se ocupará de la comida!


No necesitamos más ayuda. Necesitamos menos problemas. Es aquí cuando comenzamos el proceso de simplificar. Podemos libramos de posesiones que no usamos y que ocupan lugar. Podemos vivir en una casa más pequeña. Cuanto menos poseemos, más tiempo creamos. Es difícil ponerle un precio a tanto tiempo ganado!


El mismo principio se aplica al trabajo. Puede reducir las horas trabajadas. No se trata de cambiar la cantidad de trabajo, sino el modo de hacerlo. Esto no implica pérdida de producción, sino aumento de satisfacción. No conteste al instante todos sus mensajes. No asista a todas las reuniones donde le invitan. Asigne a sus proyectos plazos más realistas.


3. Diga "No": El dramaturgo Jules Renard escribió "El hombre verdaderamente libre es aquel que puede rechazar una invitación sin dar excusas". O sea, pocos somos libres. Y esto es un problema: No podemos llevar una vida simple si no podemos decir no.


Nadie puede mantener más de tres prioridades. Si usted tiene un trabajo que ama, es una prioridad. Si usted tiene una familia que ama, es una prioridad. Lo que nos deja una más: Un amigo, un deporte, una tarea voluntaria... pero eso es todo. La mayoría entiende esto intuitivamente, sin embargo vive sobre-saturada de compromisos que complican su vida.


En su trabajo, reserve tiempo "para usted". Asigne a ese tiempo la misma prioridad que al más importante de sus ítems. Así, cuando alguien le invite a una reunión que usted no quiere asistir, simplemente diga, "lo siento, ya tengo ese horario reservado". Fuera de la oficina, puede decir: "No asumiré ningún nuevo compromiso durante los próximos seis meses".


Es duro al principio. Pero cuanto más diga NO, más fácil será hacerlo. Y, cuanto más lo haga, menos le pedirán. El consejo es simple: Clarifique cuáles son sus prioridades y diga NO a todo lo demás.


4. Las posesiones son el 90% del problemaHace treinta años, la mayoría de las casas tenía probablemente una radio y un televisor. Hoy, cada vez más casas tienen una radio y un televisor... en cada cuarto! También teléfonos, computadoras, automóviles... y la lista sigue. Porque queremos tener todas estas cosas, nosotros trabajamos más tiempo para pagar por ellas. Lo que nos deja menos tiempo para disfrutar aquello por lo que trabajamos tan duro... Todas estas posesiones no cuestan simplemente dinero. Cuestan tiempo (instalarlo, arreglarlo, mantenerlo, escucharlo, mirarlo). ¿Y qué es lo todos decimos querer realmente? ¡Más tiempo! Pues vaya ironía...


Un buen método es "pasar revista" a su casa una vez al año, para desprenderse de cosas que no usa. No significa dar esas antigüedades con valor sentimental. Sino todo aquello que poseemos y que su ausencia no modifica nuestras vidas. O mejor todavía, no adquiera nada innecesario en primer lugar! Una técnica muy útil es la de los 30 días. Si piensa que debe tener algo, hágalo pasar por el "filtro" de los 30 días. Al cabo de ese tiempo pregúntese: ¿Aún lo necesito? La mayoría de las veces, ni siquiera podrá recordar por qué estaba tan entusiasmado con eso. Atención, existe una diferencia entre simplicidad y austeridad. No necesita llevar una vida austera, sino reconocer que demasiado... es simplemente demasiado.


5. Lo importante es lo que importa: Hay infinitas razones por las que las personas no hacen lo que quieren. Pero, en primer lugar, porque la mayoría ni siquiera sabe lo que quiere.


Si usted ha pasado años sin saber lo que quiere hacer (en su carrera, en su vida familiar, con sus obligaciones cívicas, etc...) puede parecerle un desafío imposible pensar acerca de ello. Para muchos, es más fácil seguir haciendo lo que saben que ellos no quieren hacer, o aquello que al menos no les molesta. Simplificar su vida, significa pensar en aquello que realmente es importante para usted.
"Lleva tiempo hacerse tiempo..." Usted no puede resolver cómo dedicar tiempo a las cosas que disfruta, si no toma tiempo para re-pensar en aquello que está haciendo en este momento. Tener una vida complicada, es una excelente manera de evitar cambiarla...

Club de la Efectividad